Como si no fuera suficiente el valor nutritivo, la alimentación con el tenebrio tiene todavía varias otras ventajas complementarias que, por el hecho de ser presentado con una presa viva y móvil, intervienen en el funcionamiento psicomotriz de los animales.
Muchos de los animales en cautiverio padecen de aburrimiento y, por eso, recurren a comportamientos autodestructivos: languidecen, dejan de comer, sacan sus plumas, etc. Ofrecerles un alimento vivo, móvil, algo que olfatean pero no necesariamente ven, puede tenerlos ocupados por varias horas. Es lo que en los medios profesionales, se conoce como “terapia ocupacional” ó “enriquecimiento del ambiente”.
Todo entrenamiento de nuestras mascotas está basado en la aplicación del mecanismo de trabajo – recompensa. ¿Qué mejor, que ofrecer una mordida de un delicioso tenebrio para solicitar el comportamiento deseado? El entrenamiento por “estimulación positiva” podrá resultar mejor con un estímulo más atractivo.
Además es muy útil para enseñar a comer a las crías recién nacidas.
Relacionado con la observación sobre el aburrimiento, hay que decir que los animales muchas veces son optimistas: “¡Donde hay uno, hay más!” La búsqueda continua que resulta del hambre siempre presente, inducirá al animal a moverse, a rascar el piso incesantemente y contribuirá al desarrollo de la musculatura y a la agudeza de sus instintos. Este fenómeno se aprecia con mayor razón en los gallos de pelea. Para ellos: “tenebrio = ejercicio” y combate la anquilosidad.
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